En la esquina de la tercera y a calle del medio habia una casa que no tenia número. Era la UNICA casa a la que Mercedes Benz había permitido una modificación. Dicha casa tenia la parte del patio edificado y funcionaba en ella lo que se llamaba "la Cooperativa".
La "Cooperativa" era una especie de "Carrefour" de aquellos años. Era un almacencito que tenía un poco de todo (menos carne) y, salvo pequeños almacenes particulares, era lo único que nos abastecía. Funcionaba de 8 a 14 y de 17 a 20 y era el lugar donde mi vieja me mandaba a hacer los mandados, yo me quedaba charlando y volvía con la mercadería SIEMPRE tarde para que mi vieja haga la comida. Pero esa no era la única función de la Cooperativa. Como cerraba a las 20 Hs y el monoblock de enfrente estaba vacío era el lugar ideal para reunirse con amigos a charlar, a escuchar música y a fumar. Nos llamaban a cenar y decíamos: - Morfo rapidito y vuelvo.... íbamos, comíamos y volvíamos lo mas rápido que podíamos otra vez a la esquina de la cooperativa. En algunas oportunidades alguien me decia: -Flaco... Por que no te traes la viola...¡dale!!! Y se armaban unas guitarreadas infernales hasta por lo menos las 2 de la mañana (en verano). En el monoblock de enfrente (al lado del que estaba vació) vivia un matrimonio cordobes. Peque y el Ingeniero Mansilla. Como a eso de la una de la mañana la puerta de su departamento se abría y Peque se acercaba a nosotros en "salto de cama" y nos decía, de muy buen modo: - Chicos...¿Puede ser un poquitito mas bajo que mañana el Ingeniero se levanta temprano? - Si... Peque...como no...disculpe. - Gracias -decia ella- y se iba despacio. El silencio o el bajo volumen duraba mas o menos 5 minutos y volvíamos a cantar otra vez a los mangos. Las rejas de la foto no estaban y en su lugar había una pequeña medianerita de troncos IDEAL para sentarse. Otros nos sentábamos en el pequeño borde del lateral. Nos sentábamos y charlábamos sentados con las cabezas apoyadas en la pared escuchando a Badía y mirando el cielo. Un cielo oscuro y minadísimo de estrellas. Millones de estrellas como en las grandes ciudades no se ven. Tengo grabada en mi memoria y en lo mas grato de mi recuerdo el "cielo" de la Cooperativa. Ese lugar era mucho más que una simple esquina del Barrio. Era nuestro punto de reunión, era el lugar donde te podías enterar que chica gustaba de vos o a quien le gustabas, era como el quincho del "medio", allí contábamos anécdotas y las cosas que nos pasaban...las buenas y las malas. La esquina de la "Cooperativa" era, definitivamente, nuestra casa fuera de casa.
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